Madre Tierra
Cuando me dirijo a las personas, cuando dirijo un grupo, siempre digo: “¡Familia!”, y siempre empiezo mis cursos, mis eventos, seminarios diciendo “¡Familia!”…
Hablamos de la importancia de SOLTAR. Hay momentos en los que nos sentimos invadidos por el sufrimiento y el dolor, y creemos saber por qué sentimos estas sensaciones, pero realmente no nos regalamos un momento para hacernos conscientes de que está sucediendo en nuestro interior.
Así que hoy quiero ser muy honesto contigo y acompañarte a que pongamos un poco de luz sobre este tema. La mayoría de nuestros dolores, nuestros sufrimientos y nuestros pesares tienen base en nuestro miedo a SOLTAR.
Miedo a soltar esa relación que ya no funciona, miedo a soltar ese trabajo que ya no me apasiona, miedo a soltar a esas personas que son tóxicas para mi desarrollo, miedo a soltar la necesidad de tener la razón, miedo a soltar los juicios que tengo sobre mí mismo, miedo a soltar las altas expectativas que otras personas han puesto sobre mí, miedo a soltar la necesidad de tener todo bajo control, miedo a soltar la necesidad de tener todo claro, miedo a SOLTAR.
Y es que cuando soltamos, creemos que estamos entregando aquello que tenemos y que por lo tanto vamos a quedarnos vacíos y desamparados. Decimos cosas como “¿Quién sería yo sin esta persona? ¿Qué sería de mí sin este trabajo? ¿Quién sería yo si no pensara de X forma? ¿Cómo sería mi vida si no me esforzara por tener todo claro?”, y si te identificas con alguna de estas preguntas créeme que te entiendo, soltar puede ser aterrador. Pero quiero que pienses algo…
Hay una cosa que duele más que soltar, y es sostener lo insostenible.
¿Eres realmente feliz sosteniendo lo que ya no funciona en tu vida?
Lo que no nos damos cuenta es que al soltar, no estamos quedándonos vacíos, sino que estamos dejando un lugar en nuestra vida para que quepan cosas nuevas: Relaciones nuevas, creencias nuevas, trabajos nuevos, estándares nuevos, nuevas formas de ser. Y a esta altura, probablemente tengas esta pregunta: “Pero, ¿Qué garantía hay de que lo nuevo será mejor que lo viejo?”, y la respuesta es NINGUNA. Pero…
…Si no eres feliz con tu situación hoy, ¿Tienes realmente algo que perder? Tú no vas a estar vivo/a para siempre, y tus posibilidades son infinitas, pero para ir por ellas tienes que darte el permiso de soltar todo aquello que hace de tu vida un caos, estás a una decisión de distancia.
Recuerda esto: Lo que no suma resta, lo que no empuja pesa y lo que no empodera limita. Suelta lo que ya no funciona en tu vida y podrás recibir aquello que te hará vivir más pleno y feliz.
Cuando me dirijo a las personas, cuando dirijo un grupo, siempre digo: “¡Familia!”, y siempre empiezo mis cursos, mis eventos, seminarios diciendo “¡Familia!”…
¿Te has preguntado alguna vez por qué tomas decisiones? ¿Qué te motiva? ¿Qué te mueve a tomar una decisión o a no tomarla?
Muchas veces me encuentro personas que se sienten aplastadas por la vida. Aplastadas por su situación, por las demás personas e impotentes ante su realidad.
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